Colgada en
internet… “me parece que lloverá, será mejor que suba a recoger la ropa
tendida”. me cuelgo un rato más hasta
que esto parece que va a empezar ya.
La terraza se levanta por encima de los demás edificios,
y descubre Barcelona desde el aire,
divisando el mar a mi derecha y las verdes montañas a mi izquierda. Abro la
puerta y un aire enfurecido levanta mi vestido y despeina mi cabello. La ropa
tendida se mueve con furia . Este
cielo negro enrojecido, gruñe
encolerizado, y se impone ante el mundo descargando rayos de luz sobre la tierra. Su sonido es perturbador, y temerosa lucho contra el viento que se empeña en obstaculizar mi simple tarea
Entre el
relámpago y el trueno apenas hay espacio
, la tormenta está entre nosotros, un
pánico controlado se apodera de mí,
cuando consciente me alerto
que, desde tan magnífico mirador,
estoy rodeada de antenas
parabólicas, sin nada más a mi alrededor, sola entre
la tempestad . Y un rápido pensamiento hace
presencia, ¿Cuántas veces me he
encontrado así en mi vida?, sola
entre la tempestad”. Voy descolgando
como puedo, y como me deja este tiempo, la ropa blanca que resalta entre
tanta oscuridad, entre estas tinieblas
de vehemencia , el cielo ruge más enojado,
encolerizado , irritado, exaltado,
molesto e indignado , así exclama sin piedad. –“¿Quién habrá osado ofender a algún Ángel,
para que el cielo no quiera perdonarlo?”-
Y cada vez más veloz y
más feroz este se prepara para la expiación.
Con insultantes
sonidos se ríe del mar y muestra
su gloria con
clases magistrales de impetuosidad. Sólo la ira descargada hacia la tierra Ilumina esta noche y
ya las primeras gotas
empiezan a caer. Justo cuando recojo la última sábana, que inocente
y ausente, creía estar bailando entre las
cuerdas del tendedero por los tejados de
la ciudad.
Autora Marta C. Alcaide